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Antes del receso de verano en Europa, el Papa Francisco, nos hablaba de la obra del Espíritu Santo en la creación. El miércoles 7 de agosto, retomó sus catequesis y hoy nos recuerda el rol del Espíritu en la Encarnación del Verbo, Jesucristo, que dio paso a la obra de la salvación.
Basándose en los relatos de Lucas y Mateo recordó que el Espíritu Santo intervino en el misterio de la concepción de María, dato que fue integrado en el Credo a partir del Concilio Ecuménico de Constantinopla en el 381.
De aquí, también se desprende el rezo del Ángelus y la comprensión de que María refleja la relación entre Cristo y la Iglesia.
De esa manera, el Espíritu Santo también da fuerzas a la Iglesia para que a través de la predicación y el bautismo los hijos gocen de una nueva vida.
Los anterior solo es posible si, por medio del Espíritu Santo, se acoge la Palabra de Dios y se permite que esta habite en el corazón antes de darla a conocer.
El Santo Padre recordó que este camino no está exento de dificultades y para ello pidió confiar en el Espíritu como lo hizo la Virgen María.
“Retomemos entonces también nosotros, cada vez, nuestro camino con esta reconfortante certeza en el corazón: 'Nada es imposible para Dios'. Y si nosotros creemos en esto, haremos milagros. Nada es imposible para Dios”, concluyó.
Fuente: ACI Prensa