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Cada católico está llamado a “ayudar a la Iglesia en sus necesidades”. Así lo enuncia el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2043 al describir el quinto mandamiento de la Iglesia: “los fieles están obligados de ayudar, cada uno según su posibilidad, a las necesidades materiales de la Iglesia” (cf CIC can. 222).
La Iglesia en Chile hace muchos años diseñó una hermosa forma de financiamiento: el CALI (Contribución a la Iglesia) o 1%, una invitación a que cada uno de nosotros responda a esta “obligación” con amor y generosidad.
Esto se concreta donando tan sólo el 1% de lo que mensualmente recibimos como ingreso, sin importar el monto, más bien, centrando el gesto de la donación en la comunión eclesial y la corresponsabilidad que de ahí deriva para todos los bautizados con la propia misión de la Iglesia. Esta comunión se manifiesta tanto en el ámbito de los bienes espirituales como en el de los bienes materiales.
Los cristianos no vamos hacia Dios en solitario, sino acompañados por todos los hermanos en la fe. Formamos –como dice el papa Francisco– “una gran familia, en la que todos sus miembros se ayudan y se apoyan mutuamente”.
Algunos mitos y verdades del 1%:
¿Aportas tu 1%? Si no lo haces aún, te indicamos cómo hacerlo:
1.- Suscríbete de manera digital y segura con tu tarjeta de débito o crédito haciendo clic AQUÍ.
2.- A la salida de la Misa de este sábado 31 de agosto a las 20:00 hrs. y de todas las Eucaristías del domingo 1 de septiembre, puedes acercarte a las mesas del 1% donde encontrarás mandatos para inscribir tu PAC, PAT, solicitar un visitador a domicilio o comprometer tu donación mensual en la oficina parroquial.
3.- Escanea el código QR, más abajo, que te llevará al link de suscripción digital.
"Honra al Señor con tus riquezas con las primicias de todas tus cosechas y tus graneros se colmarán de grano, tus bodegas rebosarán de vino nuevo”, Proverbios 3, 9 – 10