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“Puede suceder, en efecto, que un determinado pasaje de la Escritura, que hemos leído muchas veces sin ninguna emoción particular, un día lo leamos en un clima de fe y de oración y, de repente, ese texto se ilumina, nos habla, arroja luz sobre un problema que vivimos, aclare la voluntad de Dios para nosotros en una situación determinada. ¿A qué se debe este cambio, si no a una iluminación del Espíritu Santo?”.
Con esa reflexión, el Papa Francisco entregó una nueva catequesis, el miércoles 12 de junio, acerca del Espíritu Santo en la revelación.
En ese sentido, recordó que “Toda la Escritura está inspirada por Dios” (2 Tim. 3,16) mediante la acción del Espíritu Santo. “Es también el que las explica y las hace eternamente vivas y activas. De inspiradas, las vuelve inspiradoras”.
“Las Sagradas Escrituras, inspiradas por Dios, dice el Concilio Vaticano II, comunican inmutablemente la palabra del mismo Dios y hacen resonar la voz del Espíritu Santo en las palabras de los Profetas y de los Apóstoles (n. 21)”.
“De este modo, el Espíritu Santo continúa, en la Iglesia, la acción del Resucitado que, tras la Pascua, “abrió la mente de los discípulos para que comprendieran las Escrituras” (cfr Lc 24,45), afirmó el Papa Francisco.
Fuente: ACI Prensa