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Apreciados amigos,
Terminando el mes de julio, y si tuvimos suerte pudimos ver el eclipse de luna, miramos el mes de agosto con todo lo que el Señor nos va a regalar.
Comparto con ustedes un gran regalo que nos hace: el Mes de la Solidaridad.
Este domingo el evangelista Juan nos entrega, en el capítulo seis de su evangelio, el relato de la multiplicación de los panes y de los pescados.
Ciertamente que nosotros, en primer lugar, tenemos que relacionar este hecho con la Eucaristía, ya que el Señor en su infinito amor se multiplica para que todos los que sienten hambre puedan saciarse con el Pan de Vida.
Pero hay algo hermoso que encontramos en este pasaje del Evangelio: muchísimas personas los seguían… Jesús al levantar los ojos vio una gran multitud y preocupado por ellas dijo a Felipe: “Donde compraremos pan para darles de comer”?
Esa preocupación del Señor sigue hoy tan vigente como en aquel entonces. No solamente hay hambre hoy en el mundo, sino que son miles de toneladas de alimentos que se desperdician.
Como durante toda nuestra vida, pero en especial, en el mes de Agosto el Señor nos pide que tengamos un gran sentimiento de amor por los necesitados. Seguimos el ejemplo de muchos hombres y mujeres que trabajaron y trabajan por ayudar al prójimo. Uno real y noble para nosotros es San Alberto Hurtado.
Juan nos cuenta que había un muchacho que tenía cinco panes y dos pescados. Ese era, en aquel entonces, el sustento diario del pobre. El muchacho viendo tanta gente, si era generoso, podría haber pensado en compartirlo con sus vecinos que, al igual que él, estaban sentados Ya que “Había mucho pasto en ese lugar”.
Cuando Andrés le pide que se los pase porque el Señor lo requiere, generosamente los entrega y se queda sin nada. Confianza plena en el Señor. El sabrá lo que hace y siempre lo que hace es por nuestro bien.
Como se habrá alegrado de ver que sus cinco panes y dos pescados pueden, con el poder milagroso del Señor, alimentar a más de cinco mil personas.
También nosotros pongamos nuestro amor/caridad en las manos del Señor.
¡Quien hace esto o es loco o tiene mucha fe, pensando que, por amor a Jesús, todos se disponen a compartir su comida como lo hizo el muchacho!
Siempre seamos generosos. En nuestra Parroquia tenemos diversas campañas para ayudar: ahora la Campaña de los Pañales; durante el año la Ayuda Fraterna; en Navidad la Cena para una Familia; las colectas de las misas de la semana para mejorar tantas cosas de la Parroquia, como por ejemplo ahora en reparar los baños.
Una gotita de agua más otra y otra llenan el vaso. Hay una máxima que dice: “Haz el bien y no mires a quién” y otra, que nos la dice el Señor: “que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha”, y el gran mandamiento del amor: “ámense unos a otros como Yo los he amado”.
Les deseo todo lo mejor y que el Señor los bendiga hoy y siempre.
Feliz Mes de la Solidaridad
Su párroco,
Roberto Espejo Fuenzalida, Pbro.