Apreciados amigos:

Enero y febrero son meses en que muchas personas salen de vacaciones. Tiempo maravilloso para descansar, rezar, distraerse, leer, pensar y hacer lo que durante  el año no pudimos. Aquí les entrego diez sabios consejos para las vacaciones.

Les deseo todo lo mejor.

Un cariñoso saludo de su párroco,
Roberto Espejo Fuenzalida, Pbro.

Estos diez consejos se encierran en “dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios", o dicho de otro modo, en vacaciones y en todo tiempo, sigamos acordándonos de Dios y del prójimo, relacionándonos con ellos como si ellos se relacionaran conmigo.

1.- Vive la naturaleza:  En la playa, en la montaña, en el campo, descubre la presencia de Dios. Alábale por haberla hecho tan hermosa. 

2.- Vive tu nombre y condición de cristiano: Nunca te avergüences ni  en verano, ni en vacaciones, ni durante el año,  de ser católico. Falsearías tu identidad. 

3.- Vive el domingo:  En vacaciones, el domingo sigue siendo el día del Señor y Dios no se va de vacaciones. Acude a la Eucaristía dominical. Tienes además más tiempo libre. Y si puedes ir a Misa otras veces, mejor todavía.

4.- Vive la familia:  Dialoga, juega, goza con los tuyos. Tómate todo el tiempo que puedas de estar con tus seres queridos. Haz lo que durante el año a lo mejor no puedes hacer. Reza en familia.  

5.- Vive la vida: La vida es el gran don de Dios. No hagas peligrar tu propia vida y evita riesgos a la vida de los demás. 

6.- Vive la amistad desde la escucha, la confianza, la ayuda, el diálogo, el enriquecimiento y el respecto a la dignidad sagrada de las demás personas. 

7.- Vive la justicia:  No esperes que todo te lo den hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones. Ellos también tienen sus derechos. Respétales y respeta sus bienes. 

8.- Vive la verdad:  Evita la hipocresía, la mentira, la crítica, el pelambre, la presunción engañosa e interesada o la vanagloria. 

9.- Vive la limpieza de corazón: Supera la codicia, el egoísmo, la pornografía y el hedonismo. Vacaciones no equivalen a permisividad. 

10.- Vive la solidaridad: No lo quieras todo para ti. Piensa en quienes no tienen vacaciones. Hay muchos que ni siquiera tienen el pan de cada día. La caridad tampoco toma vacaciones. 

Dios no se toma vacaciones en su búsqueda de amor al hombre. Las vacaciones pueden ser un tiempo excepcional para salir a su encuentro. Y es que en verano, seguimos siendo católicos. Es más, tenemos una magnífica oportunidad de serlo y demostrarlo.