Apreciados amigos,

Ya estamos viviendo un nuevo año que nuestro buen Padre Dios nos ha regalado. Más que pedirle por que sea un año lleno de alegrías, Paz y amistad, agradezcámosle por lo que nos regaló en el 2019.

Por eso le decimos:

Gracias, Señor, por un año más de vida.

Gracias, Señor, por todo lo que me diste en el año recién pasado.

Por los días de sol y los nublados tristes, por las tardes tranquilas y las noches oscuras.

Por la salud y por la enfermedad, por las penas y alegrías.

Por la efervescencia social, por despertarnos a una nueva realidad de justicia.

Gracias por todo lo que me prestaste y luego me pediste,

Por la sonrisa amable y por la mano amiga,

Por el amor y todo lo hermoso.

Por todo lo dulce, las flores y las estrellas,

Por la existencia de los niños, los jóvenes, los adultos y los ancianos y

Por las almas buenas.

Gracias por la soledad, por el trabajo, por las inquietudes, por las dificultades y las lágrimas

Y por todo lo que me acercó a ti.

Gracias por haberme conservado la vida, y

Haberme dado techo, abrigo y comida.

¿Qué me traerá este 2020?

Lo que tú quieras, Señor

Sin embargo, te pido fe para mirarte en todo.

Esperanza para no desfallecer, y

Amor para amarte cada día más y

Para que los que me rodean te conozcan y amen más.

Dame paciencia y humildad, desprendimiento y generosidad…

Dame, Señor, lo que tú sabes que me conviene y yo no sé pedir…

Que tenga un corazón alerta, el oído atento, las manos y mente activas

Y que me halle siempre dispuesto a hacer tu santa voluntad.

Derrama, Señor, tus gracias sobre todos los que amo y

Concede tu Paz al mundo estero, especialmente a nuestro querido Chile. Amén

Queridos amigos, hay tantas otras cosas que podríamos añadir. Bueno, cada uno de ustedes, lo puede hacer en su foro interno. Que nazca desde nuestro corazón tanto la gratitud como el pedir. El Espíritu Santo nos iluminará para hacer la mejor oración tanto de agradecimiento como de petición, porque Él siempre nos inspira a lo mejor.

Les deseo para este 2020 lo más grande que el Señor les pueda regalar. Si se acuerdan de su párroco, recen también por mí.

Un abrazo y mi bendición.

Roberto Espejo Fuenzalida, Pbro.