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A los misioneros agustinos, que llegaron a Chile el año 1595, se les debe la introducción de esta devoción a la Santísima Virgen María, bajo la advocación del Carmen. Esto se extendió rápidamente en el pueblo católico, hasta el día de hoy.
Cada 16 de julio se renueva la Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, cuya imagen, los padres agustinos, sacaban en procesión por las principales calles de la ciudad.
El año 1923, el Papa Pío XI declaró a la Virgen del Carmen como “Patrona de Chile”. Su coronación se hizo el 19 de diciembre del año 1926 en el Parque Cousiño (actual Parque O’Higgins).
Puede ser esta fiesta propicia para pedir la imposición del Escapulario. Esta devoción se origina con lo acontecido el domingo 16 de julio de 1251, a San Simón Stock, Superior General de los Padres Carmelitas del convento de Cambridge (Inglaterra). Cuando estaba rezando, se le apareció la Virgen María vestida de hábito carmelita. Llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el Escapulario, que le entregó diciendo: “Recibe, hijo mío, este Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno”. (Novena de Nuestra Señora del Carmen, Santiago, Carmelitas descalzos, 1942, pág. 30; Matte y Domínguez, El Escapulario del Carmen, pág. 9).
Nunca será suficiente los gestos de cariño y agradecimiento que podemos tributar a la Virgen. En esto recordemos que la Iglesia enseña que ha de tributarse a la Santísima Virgen un culto de veneración (dulía), pero “suprema”, llamada hiperdulía, debido a la eminente dignidad de Madre de Dios.
Es pertinente recordar, para cantar a todo pulmón, un viejo canto religioso popular que seguramente oímos a nuestros abuelos y padres: "Hasta tus plantas, Señor, llegamos…" y que proclama en su célebre estribillo: "a Dios queremos, en nuestras leyes, en las escuelas y en el hogar...".
¡Virgen del Carmen, Reina de Chile, salva a tu pueblo que clama a ti!
Crodegando