Las estadísticas oficiales dan cuenta que su aplicación avanza gradualmente. Desde el año 2018 al 31 de marzo de 2023, se han practicado en Chile 4.043 abortos por las siguientes causales:
Riesgo vital de la madre --- 1.232
Inviabilidad del feto --- 1.987
Violación --- 824

Por otro lado, la autoridad ha informado que, a cinco años de promulgada la ley, 4 de cada 10 médicos obstetras en hospitales públicos son objetores de conciencia. Esto significa que la mayoría de los que hicieron el juramento hipocrático ya están disponibles para facilitar que miembros de la familia humana puedan eliminar a los que no se pueden defender. 

Con este tipo de estadísticas queda claro que la expresión "Derechos Humanos" en Chile es retórica y selectiva. Hay 4.043 niños que no fueron considerados en su condición de persona humana y no se les permitió gozar del derecho más elemental, que es la base de todos los demás. 

Lo grotesco de todo esto es que la implementación del aborto se ha hecho contrariando el texto expreso la Constitución vigente, que señala en su art. 19: "La Constitución asegura a todas las personas: 1°. El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona. La ley protege la vida del que está por nacer". 

Está claro que lo que se necesita en esta materia es un profundo cambio de mentalidad. El avance de la mentalidad abortista es manifiesto y se explica, entre otras razones, por la penetración cultural de diversas manifestaciones de humanismo ateo, que tienen copada la agenda política y social, con todo desparpajo. 

El tema está vigente en la actual discusión de una nueva Carta Fundamental, donde existen visiones antagónicas. Hay varios que no toleran propuestas que busquen revertir la situación de exterminio sistemático que se ha instalado en Chile y denuncian que podría producirse un “retroceso” en materia de aborto, cuando justamente se trata de lo contrario. ¿Cómo se puede reclamar tener derechos adquiridos para exterminar a otros? ¿Alguien en su sano juicio podría sostener que existe el derecho adquirido a eliminar a inocentes que no se pueden defender?

 
Los cristianos tenemos mucho que hacer en esta materia. Aunque quedemos en franca minoría, debemos seguir activos y no permitir que se cautericen las conciencias para aceptar un mal moral absoluto, como es el aborto. Dios no pierde batallas y esta que se está librando hay que darla hasta el final. 

Aprovechemos la imagen de Santa Teresa de Calcuta, que está a la salida de nuestra Parroquia, para pedir su intercesión ante Dios y poder revertir el genocidio que está significando esta legislación en Chile.

Crodegango