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¿Un hombre o una mujer que da discursos, que aparece en todas las redes sociales, que hace campaña para conseguir votos a su favor como futuro concejal, parlamentario, alcalde, gobernador o presidente? Aunque no lo podamos creer, existen políticos católicos coherentes, y han existido políticos santos que fueron llamados por Dios a entregar buena parte de su vida a la actividad política. En este sentido, “la Iglesia venera entre sus Santos a numerosos hombres y mujeres que han servido a Dios a través de su generoso compromiso en las actividades políticas y de gobierno” (Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, Cardenal Joseph Ratzinger, 2002, n°1).
Hagamos un repaso de la historia para saber quiénes han sido algunos de estos, entre los que tenemos a santos, beatos, venerables y siervos de Dios.
Tomás Moro (Inglaterra). El primero de ellos, quien es patrón de los gobernantes y de los políticos. Santo Tomás Moro (1478-1535) fue Lord Canciller de Inglaterra, escritor, abogado, juez, embajador y consejero del Rey Enrique VIII. Este último, se proclamó jefe de la Iglesia, y Moro, en conciencia, se negó a seguirle, lo que le fue pagado con la cárcel y luego, con la pena máxima de la decapitación. Moro fue ejemplar en su vida familiar, en el trato con sus hijos, en sus principios educativos, en su esmero profesional, en sus virtudes humanas, en su humor bondadoso y en su gran perspicacia e intuición. Se ha escrito mucho sobre este santo político, pero yo recomiendo las biografías de Andrés Vázquez Prada (Sir Tomas Moro) y de Peter Berglar (La hora de Tomás Moro), y, por supuesto, la película “Un hombre de dos reinos”, premiada con el Óscar como mejor película en 1966.
Julius Kambarage Nyerere (África). En el ámbito africano tenemos a Julius Kambarage Nyerere (1922-1999). Fue presidente de la República de Tanzania entre 1964 y 1985. Nyerere fue un católico convencido, que no sólo participaba en la misa diaria y se movía con libertad sin guardaespaldas, sino cuya fe cristiana influyó su carrera política en conjunto. Incorruptible, transparente y totalmente dispuesto a rendir cuentas, su vida y su obra marcaron un ejemplo de integridad que estimuló a su país, al resto de África y al mundo entero. En octubre de 2009, Nyerere fue nombrado de manera póstuma, “Héroe mundial de la justicia social”, por la Asamblea General de la ONU. El 13 de mayo de 2005, el papa Benedicto XVI lo declaró Siervo de Dios a petición de los obispos de Tanzania, plenamente apoyado a nivel mundial por líderes religiosos y políticos.
Giorgio La Pira (Italia). Tenemos a un grupo de políticos italianos también en vía de canonización. Por un lado, Giorgio La Pira (1904-1977), quien fue un activista político y reconocido católico practicante, dos veces elegido alcalde de Florencia (1950-1956 y 1960-1964). Fue parlamentario y participó en la asamblea que redactó la Constitución de la República Italiana tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. En su vida pública y privada fue un defensor de la paz y los derechos humanos; trabajó por el bienestar de los pobres y los marginados. La Pira perteneció a la Tercera Orden de Santo Domingo. El Papa Francisco confirmó el 5 de julio de 2018 que La Pira había llevado una vida de heroica virtud y lo nombró Venerable.
Alberto Marvelli (Italia). Por otro lado, tenemos a Alberto Marvelli (1918-1946), quien fue un joven laico dedicado al cien por ciento a la política italiana, miembro de la Acción Católica y de la Pía Unión de Cooperadores Salesianos. Fue candidato a diputado por la ciudad de Rímini. Marvelli, aparte de su actividad política, se destacó por su amor a Cristo y la Eucaristía. Murió atropellado en una calle de la ciudad de Rímini, en 1946, a la edad de 28 años, y fue beatificado en 2004 por el papa Juan Pablo II.
Alcide De Gasperi (Italia). Finalmente, dentro del contexto italiano, tenemos a Alcide De Gasperi (1881-1954) quien, junto con Konrad Adenauer, Robert Schuman y Jean Monnet, se le considera como «padre de Europa», pues contribuyó decisivamente en la creación de la Comunidad Europea. Fue ministro de Asuntos Exteriores y presidente del Consejo de Ministros de Italia, así como fundador de la Democracia Cristiana y último secretario del Partido Popular Italiano. Luchador infatigable, honrado, firme en sus convicciones, respetuoso con todos y quien encontraba su fuerza en la oración y la eucaristía. Muere en 1954 pronunciando el nombre de “Jesús”. Fue Terciario Franciscano, y la iglesia le ha concedido el título de Siervo de Dios en 1993.
Robert Schuman (Francia). Otro político, hoy en vía de canonización, fue Jean-Baptiste Nicolas Robert Schuman, más conocido simplemente como Robert Schuman (1886-1963). Fue un político francés de origen germano-luxemburgués. Es considerado también como uno de los «padres de Europa». Su actividad le valió que el canciller de Alemania Konrad Adenauer lo considerase como el “padre de la amistad entre los dos países”. El papa Francisco ha abierto el proceso para la beatificación al autorizar la promulgación de un decreto vaticano que examina sus “virtudes heroicas”, reconociéndolo, como Venerable Siervo de Dios.
Konrad Adenauer (Alemania). Dentro de los políticos católicos practicantes que no están en procesos de beatificación, tenemos al ya citado Konrad Hermann Joseph Adenauer (1876-1967) católico devoto alemán, quien fuera primer canciller de la República Federal de Alemania (Alemania Occidental) y, como también ya se ha indicado, uno de los «padres fundadores de la Unión Europea». Adenauer lideró a su país desde las ruinas de la Segunda Guerra Mundial hasta convertirse en una nación productiva y próspera que forjó fuertes relaciones con Francia, Reino Unido y los Estados Unidos. Durante sus años en el poder, Alemania Occidental consiguió la democracia, estabilidad, respeto internacional y prosperidad económica (“el milagro económico alemán”, como se le conoce). La editorial española Rialp, tiene publicadas sus Memorias 1945-1953.
Václav Havel (República Checa). Junto a Adenauer, también tenemos a otro devoto católico: el escritor checo Václav Havel (1936-2011) quien fue el último presidente de Checoslovaquia y el primer presidente de la República Checa. Fue hostigado con dureza y encarcelado en numerosas ocasiones por su defensa de los derechos humanos a lo largo de la década de 1970, escribiendo manifiestos públicos en contra de la censura previa y reclamando la "discusión abierta" de los problemas económicos y políticos que, según Hável, el régimen comunista negaba u ocultaba. En su funeral, el cardenal Giovanni Coppa leyó un mensaje del Papa Benedicto XVI, quien hiciera un sentido elogio en recuerdo de cómo el valiente señor Havel defendió los derechos humanos cuando estos eran sistemáticamente negados en su país, pidiendo que se ofreciese un digno homenaje a su liderazgo visionario forjador de un nuevo sistema político democrático, después de la caída del anterior régimen.
Carlos María Abascal Carranza (México). Finalmente tenemos a un político de nuestro continente, el mexicano Carlos Abascal (1949-2008). Fue abogado y Ministro del Trabajo y del Interior en el gobierno del presidente Vicente Fox. Polemizó en el tema de la despenalización del aborto en el Distrito Federal durante los primeros meses de 2007 y participó activamente en contra de la iniciativa, además de hacer llamados a defender la vida desde el momento de la concepción. Falleció a los 59 años, víctima de cáncer de estómago. Diversas organizaciones católicas solicitaron en 2009 a la Arquidiócesis de México la apertura del proceso de canonización del exministro Abascal considerando sus virtudes y su plena disposición a participar en la política sin renunciar a su postura e ideales católicos.
Estos hombres vivieron la política auténtica, que es una forma privilegiada de ejercer la caridad cristiana buscando el bien de la sociedad. El Papa Pío XI, el 18 de diciembre de 1927, dijo una de las más portentosas frases que muy posiblemente han inspirado a algunos de estos hombres dedicados a la vida pública: “la política es la forma más excelsa de la caridad”. Un homenaje a ellos, y un modo de reconocer que se puede ser santo en medio de los ajetreos propios de la acción política, es estar al tanto de que existieron y que pueden ser fuente de inspiración y de ejemplo para muchos jóvenes mujeres y hombres que se están iniciando en esta tan especial y exigente vocación de servicio.
Nepomuceno